1- Orinar
en la ducha
Puede ser inapropiado hablar
de orinar en la ducha en voz alta, pero los investigadores
descubrieron que casi el 75% de las personas
lo ha hecho al menos un vez en la vida.
En realidad,
no hay nada de qué avergonzarse: el ácido úrico
y el amoniaco en tu orina pueden
ayudarte a prevenir infecciones fúngicas en los dedos
de tus pies.
Además, si eliges orinar mientras tomas una ducha,
podrías ahorrar dinero en tus facturas de agua y papel
higiénico.
2- Escupir
Escupir puede parecer
repugnante, especialmente si se hace en lugares públicos. Sin
embargo, cuando haces ejercicio, puede ayudarte a respirar más
fácilmente.
Normalmente, respiramos por
la nariz, esto calienta el aire y lo hace más húmedo,
lo que permite que el cuerpo absorba el oxígeno de manera
más eficiente.
Pero cuando hacemos ejercicio, tendemos a respirar por
la boca y esto hace que se produzca más saliva, lo que interfiere
con nuestros patrones de respiración.
Por lo tanto,
es perfectamente normal deshacernos del exceso de saliva producido
después de correr por medio de escupirlo.
3- Masticar chicle
Aunque la goma
de mascar no tiene ningún beneficio nutricional,
se ha demostrado científicamente que masticarlo proporciona un mejor
estudio y ayuda a tomar mejores decisiones en pruebas que
la cafeína.
Masticar chiche puede ayudarte a enfocarte, agudiza
tu memoria, reduce el estrés y equilibra tus hormonas al elevar
el nivel de cortisol.
4- Tirarse gases
Incluso si no estás
consciente de que esto ocurre, tu cuerpo libera gases unas
14 veces al día y aproximadamente de 3 a 5 veces
durante el sueño.
Como regla general, tu tracto digestivo comienza
a producir dióxido de carbono y metano unas 6 horas después
de comer y los gases, o flatulencias, le ayudan
a tu cuerpo a deshacerse de ellos.
Si tratas
de contener un gas, te puede provocar dolor abdominal
o hinchazón.
5- Eructar
Un buen
eructo después de haber tenido una gran comida es realmente
bueno para el estómago, ya que ayuda a aliviarlo del aire
que está de más.
Suprimir un eructo y mantener el gas
dentro del estómago puede causar un golpe de ácido gástrico
en el esófago que, a su vez, puede desencadenar dolor
en el pecho.
Pero, si estás
eructando demasiado a lo largo del día, probablemente deberías ver
a un médico, ya que puede ser un síntoma
de la enfermedad de reflujo ácido.
6- Morderse las uñas
Cuando te muerdes las
uñas, consumes algunas de las bacterias que están sobre y debajo
de ellas.
Esto lleva a tu sistema inmune a comenzar
a producir glóbulos blancos que ayudan a combatir estas bacterias.
Tu cuerpo también registra las bacterias en tu banco
de memoria, por lo que si te encuentras una
determinada bacteria por segunda vez, ya tendrás los linfocitos capaces
de superarla.
Además, algunos estudios
muestran que los niños que se chupan los dedos o se mordisquean
las uñas tienen menos probabilidades de sufrir alergias.
7- Hurgarte la nariz
y comerte los mocos
Según algunos estudios,
este horrible hábito en realidad puede ayudarte a estimular
tu sistema inmunológico ya que el moco que comes contiene muchas
mucinas salivales que pueden combatir las bacterias que causan
cavidades.
Cuando te comes los mocos, disparas tu sistema inmune
para liberar los glóbulos blancos del cuerpo y así defenderte de este
tipo de bacteria.
8- Saltarse las duchas
Si te das una
ducha todos los días, estás lavando algunos aceites
esenciales de tu piel y de tu cabello que son
necesarios para mantenerlos hidratados y protegidos. Incluso el agua
caliente sin jabón puede destruir muchas bacterias útiles que tu piel
necesita para mantenerse radiante y elástica.
Por lo tanto,
es perfectamente natural, incluso saludable, saltarte la ducha una
o dos veces por semana.
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